Toc-toc

Susurros a bocajarro


¿Cuánto pesa una aldaba en las manos del que llega?
Lo que querrán la puerta o quien la cierra.
¡Y cómo crece y reverbera su golpe en intramuros!

¡Y cómo mengua hasta la nada en los descansillos!
Privada del eco que se traga la intemperie,
la puerta es casi muda. Sordo el visitante.

El tiempo de la espera termina adentro
en el instante suizo en el que empieza afuera.
Y no tardan ni pesan lo mismo sus minutos.


Making off de la colección ‘Casitas’ de Susana Blasco