por la avenida de las arterias colapsadas
cada mordisco es la precuela
de unos dientes deshechos
entre polvos brillantes de azúcares caducados
veo al niño beber zumo de melocotón
ignorando las alergias impuestas
por las autoridades que prohibieron
sumergir cabezas pobres en arena
veo a la niña reírse del niño
cuando este decide auto-empalarse
con fértil bambú cerca de un lago
lleno de mosquitos de corte asambleario
y veo al club de progenitores cambiar coches
como si fueran cromos o batidoras de plástico duro
bajo la atenta mirada de los guardias de seguridad
que un día fueron simpáticos
por la avenida de los colapsos arteriales
levanto la cabeza, buscando una mentira
lo suficientemente honesta
como para tener algo de esperanza
que desatasque el maldito llanto
con el que saldar todas las deudas
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Imagen de Alex Prager