La Iglesia dice que la Tierra es plana, pero yo sé que es redonda porque vi su sombra
sobre la Luna y profeso más fe en la sombra que en la Iglesia.Fernando de Magallanes (1480-1521)
Poco antes de la crisis pandémica del 2020, una noticia curiosa aparecía en páginas científicas consagradas a la Astronomía: «Un equipo de astrónomos ha hallado un gran exceso de masa bajo el mayor cráter de la Luna, la cuenca de Aitken, probablemente una reliquia del impacto de un antiguo asteroide, aunque quizá podamos encontrarnos ante algo más extraño».
«Imagínense un montón de metal, cinco veces más grande que la isla mayor del archipiélago hawaiano, enterrado bajo tierra», señaló Peter B. James de la Universidad Baylor en Waco, Texas, en un comunicado. Quizás hubiera sido más correcto decir: “enterrado bajo la luna”.
Una auténtica piedra en bruto, no tallada pues, que insinúa para un futuro cercano su pulimentación como monolito a lo Kubrick en próximas entregas del “canal realidad”. Especialmente consagrado a modular y deconstruir el imaginario de la insensata Humanidad actual. La palabra “Jericó”, que designa una ciudad actual y otra arcaica, con especial significación mítica y arqueológica, remite a la Luna… en arameo: Yarij.
«La extraña masa se extiende a «profundidades de más de 300 km», según el artículo publicado en la revista Geophysical Research Letters a principios de este año 2019. Para encontrar la masa, los investigadores observaron los cambios en la fuerza de la gravedad alrededor de la Luna analizando los datos de la misión Gravity Recovery and Interior Laboratory (GRAIL) de la NASA».
Las simulaciones por ordenador (la piedra de toque de la mayor parte de las memeces que entienden como “avance” en el conocimiento los lemures de laboratorio) sugieren que el cráter podría haber sido creado por un asteroide con núcleo de hierro y níquel que se extendió por el manto superior de la Luna durante el impacto; mientras que el metal «pudo permanecer suspendido en el manto de la Luna hasta la actualidad, en lugar de hundirse hasta el núcleo lunar».
Si hay algún alquimista entre los lectores que venga y trate de aclararnos este proceso. Hay otras hipótesis que “flotan en el ambiente” pero vamos a omitirlas. No vienen al caso con relación al hilo narrativo.
Y te quedarás la noche… Quedémonos también nosotros con algunos términos clave: GRAIL y Waco. Grial y Vacío. Porque Waco remite al nombre de una tribu “india” llamada así… también pronunciado como “Hueco”. Tierra Hueca que no planea que hace hueco… Palabra que viene del latín occare y que significa ahuecar, acción que describe los orígenes de la agricultura. Occa, un rastrillo que deshace la tierra en terrones. Occa es una palabra protoindoeuropea que significa “agudo”, “penetrante”.
No sembréis, picad, que decía Deleuze.
El programa Artemis comenzó cuando el presidente Donald Trump firmó la Directiva de Política Espacial 1 en 2017, ordenando a la NASA que hiciera retornar a la Luna tripulaciones humanas. Dos años después, en marzo de 2019, el vicepresidente Mike Pence definió aún más el programa al anunciar un plazo de cinco años para el primer alunizaje tripulado. La misión de 2024, dijo, debería alunizar en el polo sur con la «primera mujer y el próximo hombre en la Luna». Artemis hermana de Apolo es diosa de la Luna y la Caza.
Sin embargo, no está claro que vaya a cumplirse este programa, al menos en las fechas previstas, debido a los estrambóticos gastos relacionados con la guerra de Ucrania provocados por las políticas del actual inquilino de La Casa Blanca. El 2024 puede ser un 2028.
La extraordinaria corrupción desarrollada con Joe Biden, una marioneta del antiguo presidente Obama y la Oligarquía Globalista para la que trabajan, requiere el “estado profundo” para cumplir sus designios. No es posible relanzar el país sin erradicar por completo a esta gente. Tarea ímproba que exige duros sacrificios y no sólo lavados de cara. Pero sigamos con la Luna y el mismo mundo pre COVID:
«Varias veces a la semana aparecen breves estallidos de luz en la superficie de la Luna; hasta ahora, los científicos no han podido adivinar el porqué. Pero un equipo de astrónomos alemanes tiene una nueva teoría que podría proporcionar información crucial para los humanos que quieran colonizar la Luna».
«También se han observado actividades sísmicas en la Luna», explica Hakan Kayal, profesor de Tecnología Espacial de la Universidad Julius-Maximilians de Würzburg (JMU) en Baviera. «Cuando la superficie se mueve, los gases que reflejan la luz solar podrían escapar del interior de la Luna. Esto explicaría los fenómenos luminosos, algunos de los cuales duran horas».
«En realidad los extraños destellos se observaron por primera vez en la década de 1950 pero han recibido poca atención por parte del mundo de la ciencia. El equipo de la JMU quiere cambiar eso con su telescopio lunar recién construido en el sur de España, que empezó a escanear el cielo nocturno en abril».
«Dos cámaras vigilan los extraños destellos nocturnos. Si ambas ven el mismo destello, toman una serie de fotos y vídeos. Pero el software del nuevo telescopio necesita aún un poco de trabajo. Kayal y su equipo planean mejorarlo con una red neuronal que pueda filtrar “falsos positivos” como aviones y pájaros».
«Cualquiera que quiera construir una base lunar en algún momento debe, por supuesto, estar familiarizado con las condiciones locales», afirma Kayal.
«El interés por los fenómenos luminosos lunares es actualmente muy elevado. Esto se debe a la nueva «carrera hacia la Luna» que está en marcha: China ha iniciado un amplio programa de investigación lunar y a principios de enero de 2019 lanzó una sonda a la cara oculta de la Luna. India está planeando una misión similar. Como reacción a estas iniciativas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habló en mayo de un regreso de Estados Unidos a la Luna y anunció que quería reconducir la NASA a su antigua importancia y tamaño».
Quizá la caída de este buen hombre esté relacionada con la reactivación entusiasta de la carrera espacial… En otro artículo de la misma época, poco antes del COVID: «La NASA se prepara para su futuro programa de exploración lunar enviando astronautas a otro entorno inhóspito: las profundidades del océano. Este verano, astronautas de la NASA se unirán a un equipo internacional de submarinistas en un laboratorio submarino especial bajo el Atlántico para preparar a los astronautas para el duro entorno del espacio, así como para las superficies lunar y marciana».
La NASA y los acuanautas
«El equipo de astronautas y «acuanautas» recopilará datos sobre el sueño, la composición corporal y el uso de la “realidad aumentada” para la navegación mientras permanezcan estacionados en el laboratorio Aquarius a unos 62 pies (19 metros) bajo la superficie, a seis millas de la costa cerca de Cayo Largo en Florida. La base Aquarius es la única instalación permanente de investigación submarina operativa del mundo. Tiene capacidad para seis investigadores y está gestionada por la Universidad Internacional de Florida (FIU), aunque también la utilizan la NASA y la Marina».
«Los estrechos paralelismos de la exploración del espacio interior y exterior quedarán claramente demostrados durante esta misión submarina», declaró en un comunicado Bill Todd, jefe del proyecto NEEMO. «En el interior de Aquarius, “acuanautas” y astronautas abordarán una serie de experimentos e investigaciones relacionadas con los viajes espaciales de larga duración».
Entre otras cuestiones lunares me gustaría recalcar que las plantas pueden crecer en el polvo lunar, traído a la Tierra durante las primeras misiones tripuladas. «Se abre la puerta a la exploración futura utilizando recursos en la Luna y probablemente en Marte», han señalado los científicos.
«Cada semilla germinó y no hubo diferencias externas en las primeras etapas de crecimiento entre las sembradas en el regolito —compuesto principalmente de rocas basálticas trituradas— y las semillas sembradas por razones comparativas en ceniza volcánica de la Tierra con composición mineral y tamaño de partícula similar.
Las semillas cultivadas en regolito crecieron más lentamente y, en general, son más pequeñas. Tienen raíces algo atrofiadas y son más propensas a exhibir hojas más pequeñas y una coloración negra rojiza profunda que no es típica de un crecimiento saludable».
Está a punto de ocurrir algo maravilloso…