no sabe cómo me honra
su presencia
en la cocina
siéntese usted
en el banco azul y alto
me verá mejor
no se fije en mis manos
no vuelan como palomas
de mercados de plaza
pero saciarán su hambre
amiga mía
si usted las deja
prepararé para sus ojos
ensaladas de colores
frescas
y para su lengua
damascos maduros
ciruelas pasas
carne en albahaca
y oporto
quisiera que de vez en cuando
se acerque a mí
lo más posible
quiero mezclar su perfume
de dama madura con mi aroma
de delantal y cocina
por favor
no se cruce de piernas
necesito mi atención
vigilando el fuego
que cuece en la lumbre
que verla de reojo
alimenta
apetitos de caricias
señora
mi copa
de pañuelos del norte
la busca
brindemos
yo le aseguro
que después del postre
andaremos gustándonos
hasta que el sol
amanezca
Fotografía: Jaluján.