100 aniversario de la muerte de Joan Salvat-Papasseit (1894-1924)
Joan Salvat-Papasseit padecía tuberculosis y murió por neumonía crónica el 7 de agosto de 1924, tenía treinta años. Es considerado uno de los principales poetas de la literatura de vanguarda. Influido por los caligramas de Apollinaire y por el futurismo de Marinetti, escribió poemarios vanguardistas, como Poemes en ondes hertzianes (1919) y L’irradiador del port i les gavines. Poemes d’avanguarda (1921), que reflejaban el espíritu artístico y literario de la época; luego se decantó por la poesía populista y las formas clásicas. Su obra es el resultado de una fuerte tensión entre el poeta y la realidad.
Antes de dedicarse por completo a la poesía, fue revolucionario y vivió algunos sinsabores judiciales y políticos. En 1914 Joan Salvat-Papasseit se introdujo en los círculos de la bohemia negra y de la lucha político social y comentaba con sus amigos las obras Crítica social, de Émile Zola; Los miserables, de Víctor Hugo; La madre y En la cárcel, de Maksim Gorki.
El escritor ruso fue uno de sus autores preferidos; al descubrirlo, lo convirtió en su maestro: Gorki quedó huérfano a los nueve años, realizó diferentes oficios para sobrevivir, fue autodidacta, no pisó la escuela, aprendió de las experiencias de la vida.
Con una vida muy parecida a la de Gorki, el joven barcelonés veía en el escritor ruso su otro yo y quiso ser también un escritor proletario. Leyendo a Gorki aprendió que el escritor proletario ha de despertar la conciencia crítica del pueblo, ha de luchar por la causa de la libertad.
A los veinte años, Joan Salvat-Papasseit entró en la redacción de Los Miserables, en la calle Aribau núm. 130; el periódico atacaba el orden establecido y defendía a los obreros e insurgentes; entonces empezó a firmar sus artículos en castellano con el pseudónimo «Gorkiano»; los redactores aplaudían sus escritos, aunque su carácter tímido y cristiano generaba bromas, como los versos que le dedicó un obrero de la imprenta:
De ateo y de volteriano
blasonas y no te creo,
porque adivino, Gorkiano,
bajo tu manto de ateo
un corazón de cristiano.
En 1914, en la revista Justicia social, escribió artículos revolucionarios, como «Germanía socialista»: «He aquí que nosotros somos socialistas; he aquí que nosotros amamos la Revolución como un medio eficaz contra las opresiones de toda tiranía; he aquí que nosotros somos los libertarios por toda causa justa y contra los desmanes de los que entenebrecen el cerebro proletario; contra los religiosos, contra los oligarcas, contra el imperialismo de los patrioteros».
En 1916 Joan Salvat-Papasseit fue condenado a dos meses y un día de prisión por la Audiencia de Barcelona por un artículo contra el Régimen; el tribunal lo calificó de «delito de incitación a la sedición». En Los Miserables apareció ese año un artículo anónimo antes del juicio titulado «Gorkiano», que se hacía eco de la condena que le caería encima al joven revolucionario en aquellos tiempos turbios:
«Te condenarán… lo han condenado. ¿Cuándo llegará el día santo en el que no sea delito el hablar y el escribir? ¿Qué le queda a la libertad de pensamiento, si para ser libre se ha de esconder meticulosamente en las circunvalaciones de la capa cortical? ¡Pobre Gorkiano! Mejor dicho ¡Dichoso Gorkiano! Gorki, su maestro, también fue perseguido y condenado por escribir. Lo fue Miguel Servet, lo fue Galileo. Nuestra mayor gloria, la nuestra de los personajes, es esta. Es consagración de mártir. Nuestro martirio es un paso hacia un porvenir glorioso. ¡Adelante!».
Al final la sentencia se resolvió con una condena condicional y el joven revolucionario no tuvo que pisar la cárcel.
La vida de Gorkiano cambió por completo cuando conoció en 1916 a Santiago Segura, quien le ofreció trabajo en las Galerías Layetanas, en donde se vendían objetos de arte y libros y se hacían exposiciones artísticas. En febrero de 1917 Gorkiano ya se encargaba de la sección de librería, se integró plenamente en el oficio de librero, tenía un trabajo que le gustaba, podía llevar dinero a casa y conoció a gente importante, pintores y literatos. Cuando se quedaba sin fuerzas, iba a descansar a un sanatorio.
En Humo de fábrica (1918) recogió los artículos revolucionarios que había publicado en periódicos y revistas, empezó a publicar poesía y poco a poco se fue haciendo poeta, abandonó la lucha revolucionaria y el pseudónimo de Gorkiano. Publicó los poemarios Les conspiracions (1922), La gesta dels estels (1922) y un año antes de su muerte editó Poema de la rosa als llavis (1923), un libro tierno, un canto al amor y a la libertad, considerado por algunos críticos el mejor poema erótico de la literatura catalana y uno de los mejores poemas eróticos de la literatura europea.
La ciudad de Barcelona le dedicó un monumento al Moll de la fusta, en el que se reproduce el poema Nocturn per a acordió, que hace referencia a la época en la que el autor ejerció de vigilante nocturno en el muelle de la ciudad.
Su obra poética ha llegado al gran público gracias a artistas como Núria Espert y a cantantes como Guillermina Motta, Lluís Llach y Joan Manuel Serrat, entre otros.