Oí que se abría una puerta:
(estrellas heridas en el cielo
y montañas ardiendo)
¡Adáptate a la voz de la Máquina!
El espejo roto del Hombre
no puede ser otra cosa que
un murmullo de aguas rojizas:
EL RÍO SECRETO
que moldea en el polvo
el fuego que envuelve al crepúsculo,
pensando la vida
como herramienta
de la oscuridad…
…un escenario, una ráfaga…
La verdad que contiene al sueño,
la distorsión del lenguaje,
que nos finge y susurra,
el regreso al futuro
como ilusión,
para cicatrizar
el fulgor de las cosas…
…y crear un lugar
donde puedan
respirar a su antojo
los torbellinos.
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Imagen Saravanan Sadasivam
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