No soy ni hija ni esposa ni madre de nadie

Cartas al director


A quien concierna:

Estas son palabras trazadas en el aire. Nada de esto quedará grabado ni tendrá secuelas. No me pregunten cómo he llegado a este lugar ni tampoco cuál fue mi vida antes de este instante. No intenten acceder al archivo de vivencias almacenadas en el reverso de mis ojos, pues he borrado el disco duro de mis anteriores percepciones. Vengo sin equipaje de batallas ganadas o perdidas, sin luchas pendientes, sin rencor y no llevo heridas ni cicatrices. Soy ese punto aislado que se escurre del diagrama de dispersión y que le hace un corte de mangas tanto al x como al y. No obstante, noto que este punto tan recóndito es mi lugar, es el cénit desde donde más brilla mi vida: es mi centro de coherencia. No soy ni hija ni esposa ni madre de nadie. No podrán decir que me parezco a nadie ni que sigo un patrón de comportamiento determinado. No tengo color favorito y no izo banderas, ni siquiera a media asta. Podrán ustedes clasificarme como deseen, ¡dejen llover los hashtags!

Todo esto es irrelevante puesto que llego aquí́ con mis circunstancias en blanco y dispuesta a experimentar un momento en bruto, en un paisaje sin fin que degrada de blanco a más blanco. Esto que ven abrochado a mi pecho es un chaleco de bombas sensoriales conectadas entre ellas para que explosionen en cadena. Ahora dirán que soy una suicida enloquecida, que estoy dispuesta a volarme por los aires a cambio de un momento de placer. Sigan buscando explicaciones y contexto. ¡Alármense! No están leyendo las palabras en el aire, están leyendo otras palabras, escritas millones de veces y que definen el proceso por el cual ustedes observan y juzgan. Y es que, si miran detenidamente, comprobarán que yo no llevo detonador.

Aparecerá́ una mancha difusa en el horizonte y romperá́ la uniformidad de esta narrativa. Será usted, una sombra creciente como las que danzan a lo lejos en el desierto. Progresivamente su sombra se convertirá́ en silueta humana, y luego en persona con una serie de atributos. Usted tendrá́ un rumbo, una función y un sueño y por un instante todo esto no importará. Vendrá́ atraído por la curiosidad y por estas palabras, buscando simplemente una página en blanco.

¡Dichoso sea si tiene la valentía de colocarse ante mí porque usted es el detonador! Tendrá el privilegio de sentir la polaridad que a la vez nos diferencia, nos atrae y nos completa. El motor de todo lo que vive y de todo lo que muere. Podrá́ presenciar como la explosión provoca una alteración en el paisaje, una simbiosis que posiblemente desdibujará la división entre los dos. Por un momento —tan corto que quizás no lo recordemos— experimentaremos la combustión sensorial de un momento perfecto.

Estrictamente platónico, por supuesto…

Tremor of a droplet


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