
es un sueño recurrente
ese de ir abriendo puertas y cajones
armarios, trampillas, porticones
y en medio de tantas aperturas
un lago, inmenso
en el que flota una muchacha
con escarabajos en lugar de ojos
las alas de estos, se extienden
como acercándose a las paredes del sueño
sí, de ese sueño recurrente
en el que todo lo abierto
acaba cerrándose
en el espasmo previo
a que florezca
el primer cerezo
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Imagen J Malkova