Tras un tratamiento hormonal, el enano Pu-Li pudo casarse al fin con la giganta Tchi-Fai. Ahora, después de un año, Pu-Li quisiera volver a su enanez primitiva: está cansado de los ronquidos gigantes de Tchi, de sus gigantes reproches, de sus engaños gigantes. Pero los caminos de la ciencia —y los del amor— no siempre se pueden desandar.
(Texto de Teo Serna. Ilustración de Edu Barbero)