Lo hice sola

Chamanita Muskaria




¿Qué hacemos cuándo el frío dentro es tan frío que asusta y muerde?
¿Qué nombre usamos cuando el frío se instala cerca? 
Y ¿qué hacemos con él, para evitar congelarnos?


Descubrí que aprender es desaprender cuando las neuronas con cresta azul bailaron un pogo en mi hemisferio izquierdo. Se me olvidó el uno + uno — aunque, después de todo, a veces sumar es restar —, el mes de octubre, el color de los semáforos… Confundí mi cuerpo con el mapa del metro, 6 líneas recorrían mis barrios periféricos. Pero como andaba desubicada me equivocaba de transbordos, no encontraba la salida más cercana y nunca llegaba a tiempo a mi centro.

Dudé de lo común, vomité el pan de cada día
concentrarme fue desconcertante
creé mundos que se desmundaban
y un abismo nació en mis ojos
cuando el puto espejo me escupió Bienvenida al Báratro
yo le escupí más fuerte
con toda la rabia silenciada en la caída
lo rutinario se volvió caótico
lo humano maquinal
frágil y laberíntica caminé por el lado salvaje con botas de agua, rojas

todos los referentes se desdibujaron
para dejar paso a un vacío caníbal de no-nato con dientes,
hasta que me cagué en los muertos de los deshuesadores
hasta que maldije mi sombra pendiente abajo
hasta que le saqué la lengua a la vida
asesiné con alevosía al personaje del drama
crucé el puente descalza y me reí a carcajadas sobre mi propia tumba
con un jazmín en la boca.

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Imagen @Davidszauzer


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