Se torna gris el cielo
una nube de polvo maldice el rumbo de lo incierto
se balbucean las palabras
solo los ojos hablan
En los párpados guardamos los pocos recuerdos
prestados por la miseria
anclados en las cinco esquinas
tratando de llevar con nosotros
la vergüenza de los otros
la incerteza de nuestros días
los minutos de nuestras vidas
y la tristeza a cuestas
Nuestras manos se inclinan
acariciando el llanto
apaciguando la ira
Me pregunto hasta cuándo
tendremos que llevar con nosotros
la sombra de la sangre
el corazón de las espigas
los botones de los muertos
En las cinco esquinas seguimos
aguardando que la razón se vista
de dignidad y murmullo
a la sombra de las espigas de la infancia
que hoy
permanece sepultada por la inquina del horror
en el contorno de la memoria
en los bolsillos de mis muertos.
-Imagen @henryfilm-