Decía Hipócrates que la bilis negra es uno de los cuatro humores que regulan el equilibrio del cuerpo humano. Los otros tres son la sangre, la bilis amarilla y la flema.
Entre el año 180 y el 210 d.C. Galeno dedujo que la bilis negra era responsable de algunas enfermedades, probablemente el cáncer. Dijo que la bilis negra es “ese líquido horrible que perturba el equilibrio del cuerpo”.
La ciencia médica no ha demostrado la existencia de la bilis negra, sin embargo, a tenor de algunos comportamientos humanos negativos, más de uno está exigiendo que se perfeccionen los instrumentos de análisis e inspección del interior de nuestro cuerpo para determinar la existencia o no de la bilis negra. Piden que se mejoren los sistemas de radiología, los TACS, los escáneres o las biopsias y sobre todo que estas sean menos dolorosas.
No quiero pensar en la intensidad de la negrura de la bilis, probablemente sería más negra que el caviar o que la noche transfigurada.
Estoy con lo que dice la ciencia. No creo que exista la bilis negra, sino más bien algún defecto de interconexión neuronal que provoca los comportamientos negativos de algunos humanos cuya estupidez se extiende desde el cabo de Hornos hasta el desierto de Gobi.