Juramento hipocrático

Trampantojos


Juro por Rockefeller, Onassis y Ana Botín, por todos los magnates y potentados, cumplir fielmente, según mi leal patrimonio y cartera de contactos, este compromiso:

  • Venerar como a un Dios a quien me legó este caudal de pasta, mi señor padre, considerar a sus socios como hermanos míos, prestarles el montante que requieran cuando lo necesiten, instruir a mis hijos y a los suyos en las enseñanzas del mundo de las finanzas, sin que los vulgares ciudadanos de a pie sepan de nuestros tejemanejes.
  • Siempre que pueda, aprovecharme con artimañas fiscales de los beneficios que me proporcionan mis empresas, aunque esto suponga un daño y un perjuicio para aquellos que trabajan en ellas.
  • Jamás consentir en desprenderme ni de un ápice de mi riqueza, por mucho que me lo soliciten, ya sea por las causas altruistas, ya sea por el bien común. Por el contrario, viviré y practicaré mi avaricia de forma absoluta y corrupta.
  • Inmiscuirme en toda ocasión en los asuntos políticos estatales, dejando bien claro quién manda en el cotarro. Si hiciera falta untar a éste o a aquél, lo asumiré si con ello aumenta mi lucro.
  • Todo lo que vea y oiga en el ejercicio de mi capitalismo, todo lo que supiere acerca de la vida de alguien, si es cosa que no debe ser divulgada, lo callaré y lo guardaré hasta el momento en que me convenga airearlo o cuando reciba una suculenta oferta monetaria imposible de rechazar.

Si este juramento cumpliere íntegro, viva yo feliz en mi opulencia, recoja los frutos de mis malas artes y sea honrado por todos los pertenecientes a mi nivel económico y social. Pero si soy transgresor y perjuro, reciba como castigo convertirme en un asalariado más.