He vuelto a nuestras calles: Ronda Universitat, Sant Antoni, carrer de La Paloma. Arrabal de los abrazos.
Hay un mismo olor a mar antiguo y las mismas miradas sin horizontes.
Luego, el dios del miedo que todo lo profana. Perder la memoria de las flores, la génesis de los versos, el camino del reencuentro. Tus pasos, Ronda arriba y abajo.
He vuelto donde la tarde se detiene, donde tú fuiste el nombre de las calles.
Bienaventurados
los que rechazan profecías
y buscan la memoria orgánica
de los besos.