la mujer de las flores sabe del tema
Pepa Cantarero
El tiempo me mira
con las manos en los bolsillos
cuando me pongo a enumerar
las distintas formas
de preguntarme por la totalidad
¿qué es ser?
en noches sin día,
buscar la fórmula magistral
para abrir las puertas
tanto continuo sempiterno escrito,
y yo todavía me pregunto quién soy
a martillazos
y se me deshacen las pulseras
cada vez que intento comprenderme
lo único que he aprendido
es a encender las ganas de fuego,
acumular poco y prenderle juego,
des-verjar el campo,
instinto de amanecer
quien vive merece un premio
existir constantemente,
como si una amante
apoyara la cabeza en mi pecho,
y mi pelo se agitara al viento
y fuese domingo y estuviera vivo
no huir de nada
probar el parnaso
probar el dolor
probar el cambio y lo inmanente
vivo en la noche en la que existió la grandeza
no pretendo dominar las fuerzas superiores
que lo ponen todo en movimiento,
no aspiro a comprender, a ver el todo,
me basta con cerrar los ojos, abrir los ojos
y dejarme llevar por el camino y sus recodos instintivos
dibujar mi propia tierra prometida y habitar el punto exacto
del solsticio