Horas después de que el suicida se hubiese arrojado a las vías del tren, los compañeros de sindicato continuaban compadeciéndose del maquinista. Le daban palmadas en el hombro y él los miraba contrariado.
Después de treinta años de servicio, ¿nadie iba a felicitarle el día en que por fin cumplía su fantasía más homicida?
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Imagen del autor, generada con chatGPT siguiendo indicaciones pertinentes.