Byung-Chul Han afirma en Infocracia. La digitalización y la crisis de la democracia (Taurus, 2022) que, en nuestros días, se extiende un nuevo nihilismo, que no tiene nada que ver con el nihilismo de los valores de Friedrich Nietzsche, ya superado, sino que se trata de un nihilismo propio del siglo XXI, fruto de las distorsiones patológicas de la sociedad de la información.
Hoy más que nunca, la información circula desconectada de la realidad y las verdades fácticas se han esfumado; vivimos en la era de las fake news, de la desinformación y de la teoría de la conspiración. Según Byung-Chul Han, el nuevo nihilismo es fruto de la crisis de la verdad y de la pérdida del mundo en común.
Una característica del nuevo nihilismo es que socava la distinción entre verdad y mentira; el mentiroso no es nihilista, cuando más miente, más se reafirma en la verdad. La mentira solo es posible cuando la distinción entre la verdad y la mentira permanece intacta.
Para Han, las noticias falsas ya no son mentiras; una persona arbitraria —pongamos como ejemplos a Donald Trump, Vladimir Putin o Daniel Ortega—, cuando dice cualquier cosa que le conviene, no es el clásico mentiroso; su arbitrariedad subjetiva es indiferente a la verdad de los hechos, no se opone a la verdad; en ese sentido es un peligro mayor para la verdad que el mentiroso, ya que lo que quiere es imponer su voluntad o capricho.
La arbitrariedad subjetiva suprime la verdad y expresa la actitud nihilista hacia la realidad. Desde hace un tiempo el discurso político se está aprovechando del nuevo nihilismo, como fenómeno patológico de la digitalización y pone la democracia en peligro.
En la era digital, la información por sí sola ya no explica el mundo, se recibe la información con la sospecha de que su contenido podría ser diferente, hay una desconfianza básica ante la gran cantidad de información que circula. Las noticias falsas confunden a la gente y la hacen dudar de las fuentes, consiguen que no sepa en qué creer; se debilita la conciencia de los hechos y la masa se vuelve acrítica y amorfa. Las fake news solo son posibles en un régimen informativo desideologizado y prefascista.
Según Han, la democracia no es compatible con el nuevo nihilismo, la democracia presupone un discurso de la verdad, la infocracia puede prescindir de la verdad. El régimen de la información está desplazando al régimen de la verdad: «La verdad se desintegra en polvo informativo arrastrado por el viento digital», afirma Han.
El nuevo nihilismo es como un agujero negro en el que la luz de la verdad se ha apagado por completo y, ante él, debe imponerse la protesta, el grito, no la autocomplacencia, la actitud pasota o el silencio.