El cuento interminable de los espías

Perplejos en la ciudad

 

Érase una vez un país donde un espía seguía a otro espía que vigilaba a ese espía que perseguía a aquel espía, el cual seguía las huellas de un espía que grababa a otro espía, encargado este de vigilar a cierto espía que espiaba a un nuevo espía, el cual, egocéntrico, se espiaba a sí mismo… Hasta que todos enfermaron de espionaje, y agonizaron y murieron espiando, sin saber nada ni descubrir algo interesante que ayudara a mejorar la vida. Todo iba a peor.

Y así acabó la historia de aquel país, que no murió de amor ni de muerte natural, sino que murió reventado de tanto espiar en vano. Tanta financiación del espionaje, pues, para nada.