Cuento de Amazon

Biblioteca low cost

— Ya no compro libros en Amazon.

— ¿Por qué?
— Amazon empezó vendiendo libros y ahora se ha convertido en un monstruo tentacular que lo devora todo, está acabando con las relaciones de toda la vida entre los lectores y los libreros y entre los consumidores y los vendedores de otros productos.

— Yo creo que los libreros se deberían espabilar más, pides un libro a una librería y muchas veces no lo conocen, se tienen que informar por internet y solo tienen los de más venta o publicados recientemente; lo deben de pedir a la distribuidora y pasan varios días para vendértelo. En cambio, con Amazon se dispone de un libro al instante o en 24 horas.

—Amazon ha violentado el mercado del libro, tiene por todas las ciudades repartidores explotados que parecen los nuevos vagabundos del cartón.

— Pero muchos lectores compran en Amazon porque dispone de la librería más grande del mundo.

— Amazon no es una librería, es un hipermercado, los libros están al lado de juguetes, lavadoras, patinetes, ropa, comida…

— ¿Y eso qué más da?

— Amazon no distingue entre un objeto de cultura, como el libro, y otros productos comerciales, lo importante para Jeff Bezos es el negocio rápido y el dominio de los mercados en todos los ámbitos comerciales. El libro había acumulado su prestigio a lo largo de los siglos y Bezos se ha apoderado de ese prestigio para vender otros productos, como series de televisión, música online, piezas de coche o de motocicleta, bolsas de galletas, patitos de goma…, para Amazon el libro tiene el mismo rango que todas esas mercaderías.

— Pero sus productos son baratos, elimina los gastos de envío, regatea a las grandes empresas para conseguir el menor precio posible para el cliente individual.

— Parece barato, pero lo barato resulta al final muy caro: todo lo hace tan rápido, tan transparente, que parece que no haya intermediación, pero la hay: le pagamos en dinero y con nuestros datos. Amazon posee los datos reales, físicos de todos sus clientes, también los números de tarjetas de crédito, sabe casi todo lo que lees, compras, regalas, comes… Amazon nos espía, nos hemos convertido en datos y lo sabe todo de sus clientes, que ya son millones en todo el mundo.

— ¡El mundo digital es así!, se comercializa con los datos y nos hemos acostumbrado, además mucha gente compra en Amazon porque le falta tiempo para ir de compras.
— Yo no quiero ser cómplice de una expropiación simbólica, como la que ha realizado Bezos con los libros.

— A la gente le gusta comprar con un clic desde casa y que se lo entreguen en su domicilio con rapidez, hoy el mundo funciona así.

— No soy ingenuo, yo también he comprado alguna cosa en Amazon cuando no la encuentras en otra parte, pero a mí lo que me fastidia es el comercio con un objeto cultural como los libros. Durante los primeros años que vendía libros, Amazon tenía redactores que escribían reseñas de sus libros, ahora ni eso, además ni siquiera hay mediación en el proceso de maquetar un libro autoeditado y subirlo a la red.

— Ha robotizado la cadena de mercancías y productos, como hacen muchas empresas hoy en día, vivimos en un mundo consumista lastrado por la competencia.

— Amazon está moldeando nuestro futuro: su macroestructura decide la visibilidad de los productos, la influencia, el acceso, censura o privilegia los libros según le interesa…

— Eso también lo hacen otras empresas…

— La sociedad de consumidores nos ha convertido en impulsivos, lo queremos todo rápido, pero Amazon además quiere dominar el mundo. Vende la idea de incentivar la lectura en los países pobres con sus artefactos digitales como Kindle, pero lo que pretende es acostumbrar a una nueva generación de consumidores a leer en pantalla, para poder disponer de sus datos y datificar los cinco continentes y expandirse definitivamente por todo el mundo.

— A la gente le da igual eso, otras compañías como Google, Meta, X, SpaceX, Microsoft, Apple o las chinas TikTok, Alibaba, Tencent y Baidu también quieren expandirse por todo el mundo con la voluntad de conquistarlo.

—Y ahora esas gigantes compañías invierten en artefactos de inteligencia artificial para tenernos definitivamente dominados.

— Pero los consumidores de artefactos de inteligencia artificial son felices…  

— Sí, son felices zombis alienados del nuevo mundo tecno-feudal.

Post scriptum
Cuento dialogado a partir de algunas ideas del ensayo de Jorge Carrión: Contra Amazon (Galaxia Gutenberg, 2019).