No, sí, otro día, ¿ayer?, no, la próxima semana o la otra, quizá mañana.
¿Anteayer?, tampoco, tal vez hoy o más tarde, pasado mañana, más adelante, dentro de unas semanas, pero antes del próximo año, en unos diez o quince días.
Ni ayer ni mañana, quizá ahora mismo o al atardecer, o ya de noche o después del alba, en unos meses, después de las fiestas, más o menos.
A finales de año o dentro de unos días, antes de la primavera o cuando llegue el verano, entonces será el momento, entonces y no antes.
En ese instante, pues, antes del próximo fin de semana, la víspera del domigo, entrada la noche del sábado, será el momento justo de considerar la cotización al alza o a la baja de los fondos de renta fija y variable de la muerte y sus acciones.
No antes ni, por supuesto, después de ese instante.