Keijiro Suga
Todos tus amigos aéreos están durmiendo en el misterioso rayo verde.
cuando la mañana me pregunta cómo estoy
no sé muy bien qué palabra elegir,
si numerosas fuentes
o profecía incómoda
¿qué es lo que recuerdo?
¿qué es lo que invento?
mi dedo está solo
cortando en dos la cartografía de lo posible
¿qué es lo que existe?
¿qué es lo que solo persiste en la memoria?
mirarte es recordarte
incluso de cerca, es leer
los mitos y reconocernos
hay un nido de mirlos
en un lugar nuevo de mi casa
y las crías ya no hablan de nosotros,
solo reconocen mis manos y su pan
no han vivido la extensión de mis brazos
en ti
ni la risa del farolillo encendido
en nuestras manos
¿cómo contarles nuestro vuelo
si aún no han conocido el suyo?
cuando la mañana me pregunta cómo estoy
querría decirle que naranja capaz
de dilacerar el tiempo
pero en lugar de ello le reconozco
que quejido azul de recuerdo,
un azul ultramarino, ftalo, Yves Klein
¿cómo golpear este año con un palo?
¿con qué levantar el peso de lo caído?
los cojines vibran y se estremecen
y yo solo escucho tu ausencia en ellos
y mis letras escribiéndose rítmicamente
como el que pasa el domingo,
con la pesadez de lo cotidiano en cada mano
hay aquí tanto café frío
cuando la mañana me pregunta cómo estoy
solo quiero decir
que en un día nuevo inventaría un idioma
con un solo tiempo verbal
para todos los momentos,
si me dejo
¿y dónde quedamos? ¿dónde quedas? ¿dónde quedo?
a medio trazo, como la incompleción de un lienzo
cuando la mañana me pregunta cómo estoy
le respondo que no quiero vivir
como erosión de lo despierto,
y no pronuncio más
un empezar tan nuestro y me callo
y mojo el cielo
y entierro el tiempo
y duelo
y cierro
mañana será
otra mañana