Sonrió para sí. Y con ello borró aquellos filosóficos pensamientos, indignos de un servidor del orden.
Forense de guardia
Raúl Fernández BarredoPor la orillaDecidí que, en el sueño, yo estaría debajo de la cama, en medio del abismo y el temor.
La vaca
Raúl Fernández BarredoPor la orillaBajo la sombra de la higuera, sumido en una de sus brillantes ensoñaciones, estaba Siddhartha, José Enrique.
Gemelas cuánticas
Raúl Fernández BarredoPor la orillaLa arena estaba caliente. La brisa era suave, agradable. El sonido de las olas, muy conseguido. Pero la luz…
La quema
Raúl Fernández BarredoPor la orillaReímos felices, todas juntas, tras la ejecución. La bruja había ardido muy bonito.
El paraguas rojo
Raúl Fernández BarredoPor la orillaCon las manos ensangrentadas se miró en el espejo y vio el mundo desde el otro lado.
Araña retrovisora
Raúl Fernández BarredoPor la orillaEn el espejo retrovisor derecho de mi coche vive una araña. Todas las mañanas quito la tela tejida de noche y reaparece mágicamente.
Colillas
Raúl Fernández BarredoPor la orillaLa política es una partida de ajedrez que juegan los dioses. Nuestros líderes son sus monigotes.
Satanasa
Raúl Fernández BarredoPor la orillaEn mi calle vive la muerte. En el número seis. Es una chica muy guapa.