Están aquí

Cartas al director

 

Señor Director de La Charca Literaria:

 

Últimamente ando algo preocupado por la situación que atraviesa el planeta y, por supuesto, nuestro país.

Me viene a la memoria la película La invasión de los ladrones de cuerpos, una cinta de 1956 dirigida por Don Siegel e interpretada por Kevin Mc Carthy y Dana Wynter. Un médico ha de escuchar de algunos de sus pacientes la insólita teoría de que varios de sus familiares y seres queridos no son sino unos impostores que se hacen pasar por ellos. Lógicamente, esto hace pensar que hay un problema psiquiátrico detrás y que todo ello no es otra cosa que un brote de histeria colectiva, hasta que se descubre el pastel y se comprueba que, realmente, algunos humanos están siendo sustituidos por otros cuerpos venidos del espacio.

También me viene a la mente aquella serie televisiva titulada «V«, en la que unos extraterrestres que han evolucionado a partir de los reptiles se deciden a invadir nuestro planeta adoptando apariencia humana para no asustar e ir poco a poco controlando la Tierra.

Todo ello viene a cuento de la situación que estamos viviendo en los últimos tiempos. Porque creo que ya están aquí. Han venido para destruirnos. Se han ido instalando entre nosotros para adueñarse de nuestro planeta, de forma imperceptible,  sigilosamente.

Sí, están aquí. Han ido ocupando organismos, partidos políticos, clubs selectos, organizaciones internacionales, apoderándose paulatinamente de posiciones clave dentro del gobierno de las naciones.

Aunque disimulan muy bien su origen y sus intenciones, siempre hay algún gesto que los delata. Fíjense, por ejemplo, en el presidente norteamericano. Su piel, su cabello… no son del todo naturales. ¿Habrá un reptil bajo la epidermis? Parece sacado de una película, recién maquillado y peinado, para dar el pego. Reparen en el fondo de sus mensajes. Van encaminados a la destrucción. Está deseando destapar con sus bravatas y provocaciones la caja de los truenos. Siempre amenazante, como si la paz mundial no fuera su objetivo. O el líder norcoreano, con esa frialdad despreciativa en sus gestos y su determinación de desatar una hecatombe mundial si le siguen tocando los americanos o los surcoreanos las narices. O la mirada gélida —como de saurio—, que te hiela el alma, del mandatario ruso. O ese afán por destruir la convivencia por parte de todas esas formaciones políticas de extrema derecha, partidarias de recortar las conquistas sociales habidas hasta la fecha, siempre amenazando o despreciando a los colectivos más vulnerables, como inmigrantes, gays, mujeres maltratadas, etc.  O esos que quieren a toda costa, al precio que sea, independizarse del estado al que pertenecen desde siglos… ¿No es evidente que todo va encaminado al desastre, a la destrucción global del planeta?

Sí, señor director, me temo que los verdaderos alienígenas ya están aquí, entre nosotros. Los tenemos de vecinos, de compatriotas, de líderes de distintas formaciones políticas, muy cerca… Demasiado cerca.  Salen por la tele constantemente, hacen declaraciones explosivas, controlan la economía, los medios informativos,  donde también otros como ellos fabrican noticias a partir de falsedades o de medias verdades… Vienen a por lo que es de todos. Y no pararán hasta la destrucción final.  Despertemos antes de que sea demasiado tarde.

Atentamente, queda usted avisado.

 

Diógenes Pulido