Dentro de la pequeña piscina
del macro-complejo deportivo
veo, a mi izquierda,
a niños de poquísimos años
aprendiendo a ser familia del agua.
A mi derecha, personas muy mayores,
parecen hallar algo fundamental
dentro del agua,
para alargarse mejor en el mundo.
Observo,
desde el extremo opuesto de la piscina,
en el carril del medio.
Les miro,
me sumerjo
y abro más los ojos
imitando
a la raíz del océano.
Texto en primicia para La Charca Literaria.
En papel, lo encontrarán en «La Tierra y el Barrio»; en librerías, a partir de abril de 2020.