Antonia, a quien llaman Toñi, siempre fue alta. Con ochos años ya sobrepasaba la altura de sus compañeras. Morena, de pelo casi negro, lacio, cejas pobladas pero femeninas.
Lista y hábil con el lapicero, dueña del arte del dibujo artístico a lápiz y carboncillo, detallista, cumplidora desde siempre en todo y para todo no se le conoce ningún desatino.
Amante de sus hijos y de sus padres, eclesiástica de joven, de misa dominical, educada, respetuosa con los mayores… y fiel con sus amigos.
Con los años mejoró su apariencia física como mujer. Seguro que torció más hombres de los que ella misma haya podido imaginar.
Que se sepa se enamoró sólo una vez y es que, quizá, eso de enamorarse debe ser único. Lo demás son otros cafetales. Y ese amor, ya maduro, la tocó de lleno.
Enamorada también de la naturaleza, excursionista impertérrita, amante de las flores… De una sensibilidad exquisita; goza cuando los demás lo hacen. Y sin pensarlo puede regalar aquello que resulta más pertinente y no cuesta dinero. Es un hada de la delicadeza.
Además, el belén en su casa que no falte. Respetuosa con la naturaleza, ni acebo, ni musgo, lo ha sustituido ya hace tiempo por arena de la playa. Aunque ciertas exageraciones del ecologismo la sacan de quicio.
Mujer al uso, tradicional en lo que respecta a las normas, amante de su tierra, defensora de la misma hasta casi el desatino, de alma partida entre el norte y el sur. Aunque en el sur siempre ha encontrado paz y consuelo en caso de necesidad.
Toñi es servicial con los suyos hasta la extenuación. Ni un desliz se permite; guarda lo que cree que conviene. Quien la conoce se pregunta cómo se puede vivir así tantísimos años. No hay respuesta.
Y como quien no quiere, quizá ahora, el tiempo se le hace corto.
Valiente hasta lo indecible, lo que debe hacerse, lo que precisa, lo que le proponen, va y viene, empieza y desestima, inicia con esmero, observa hasta que puede… Y sigue y sigue… Siempre precisa que mañana… porqué siempre hay un mañana.
Ojalá ese tiempo que atesora le alcance. Y alcance a todos los que la quieren.
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