Abracadamia

Chamanita Muskaria


Helado de nueces de abracadamia

derritiéndose en mis nalgas.

Agitas la vara de almendro

y me subyugas con esa voz de ultratumba.

Soy tu bruja arcánica, ven y piérdete conmigo

en la maraña luminiscente.

Hay demasiadas herramientas

en la habitación de la casa de muñecas raída de pelusa.

¿Te acuerdas de cada una de las miradas de espejo

que ayunaba miembros de cal y amianto?

Me encantabas tú, del revés siendo tú sin ser tú,

anhelando ávido mis secretos,

rozando tu corazón de grano y avena

contra mi vulnerabilidad de piedra.

Pequeño nigromante amante del vicio desubicado,

Lucifer en garras de Moira.

Tal vez, algún día volvamos a perdernos juntos

en el laberinto de Asterión.

Tal vez, no.

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Collage de Javier Mayoral.



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