Enero

El buscador de tuétanos


el gran desierto de la sed

se extiende, en un diálogo áspero

y de ganas de llorar

entre lo que llevo dentro

y el inmenso afuera


no hay agua duradera

que me haga pensar

que lo que queda irá bien

y entonces el temblor

y una rabia acurrucada:


———-cereza mustiándose

———-intentando

———-seducir con su desencanto

———-a un trocito

———-dibujado de sandía


porque la sandía

siempre vuelve


pero ahora sí

como el recuerdo

de una promesa

que se perdió

segundos antes

de que la sed en su desierto

irremediablemente

naciera



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