Rumor

Con el agua al cuello


Me gusta escuchar el rumor del aire

sentir lo que trae y deja

y hacer de él un salvoconducto

para combatir el ruido de los días tristes.


Me gusta escuchar el rumor del aire

mover los dedos al compás

y hacerme caricias para apaciguar

los temblores de la guerra.


Me gusta escuchar el rumor del aire

y envolver los temores de la noche

en un pañuelo de papel para que vuelen

y atrapar solo las migajas

de ese temor encendido

a la orfandad

al amor que se agota

al límite donde todo se acaba,

y ahí hacerme margen de flor,

limbo y envés.


Más artículos de Ordóñez Montse

Ver todos los artículos de