Yago

Retales


Yago luce un buen mostacho sobre su labio superior y en cierto modo lo deja caer un poco hacia las comisuras de sus labios carnosos. Su fisonomía es algo singular, parece que su cara sea redonda, pero solo es un efecto óptico. Ojos avellanados de color miel, algo enrojecidos, como buen bebedor. Tanto su pelo como su bigote siempre están a punto de revista.

Viste con un estilo inglés impecable. Shetland de cuello redondo, camisa clara debajo y pantalón con raya. Su vestuario no es ostentoso, le da un aire de dandi inglés que le sienta bien y le conviene. Aunque parezca mayor calculo que debe andar por los cuarenta o cuarenta y pocos.

Vive en un piso inmenso del ensanche, con esos cuartos de baño que parecen una suite. Debe tener una asistenta porque siempre está limpio y arreglado. Además, no creo yo que él se ocupe de hacer limpieza o planchar; sin embargo, su ropa no tiene ni una arruga.

Yago se dedica a entretener a mujeres granadas de la alta sociedad, da igual si son inglesas u oriundas de la ciudad condal. Habla un inglés perfecto, naturalmente sin problemas. Les da clases de bridge, les enseña a jugar. Cobra, claro. De eso, entre otras, vive. De hecho, juega por encargo con dinero de otros. Si gana le corresponde una parte y si no, nada pierde. Pero nada gana.

Cuando lleva una buena racha aparece por el bar donde se reúnen una serie de personajes de lo más variopinto. Tiene muy buena conversación, es un hombre muy vivido. Sabe mucho de la vida, pero nunca alardea; sencillamente cuenta sus cosas si viene al caso. Eso sí, si no le caes bien se las apaña para que te largues de la mesa donde él participa en la tertulia.

Es capaz de encandilarse de una muchacha todavía joven, seca como un palillo, pero con mucha vida a sus espaldas. Y si ella quiere, se la favorece sin escrúpulo alguno, la hace pasar por su baño y, si conviene, le ofrece perfume. Luego…, no hace falta precisar.

​También es capaz de mantener conversación con una cría que no alcanza los veinte. Esta considera que no es para él. Hablan y ella escucha y aprende rápido de lo que él cuenta.

Yago es amigo de sus amigos. Nadie sabe de su vida anterior. Quizá fue rico. Vivió en Inglaterra durante un tiempo. Allí aprendió a jugar al bridge. Quizá tuvo una empresa, quizá tuvo mujer, quizá… Y como decía siempre: Un día desapareceré.

Y así fue. Nunca más volvimos a verle.



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