Hoy me han atacado quinientos monos.
No eran agradables ni cariñosos
más bien agresivos y casposos.
Me golpeaban
con gigantescos semáforos en rojo.
Me llenaban la boca de verjas,
me drenaban el presente de la cabeza.
Furiosos monos no paraban de pegar.
Hoy se me han llevado media vida,
quinientos monos.
Sin capacidad de reacción, me dejé apalizar.
Al principio, me parecieron hasta simpáticos,
luego me sobrepasó la violencia y me quise tapar.
Recuerdo en el que me protegía,
recuerdo del que me arrancaban.
Los quinientos monos eran certeros
a pesar de golpear sin parar.
Desde hoy, la vida que me queda
la invertiré en lamer pantallas.
¡Todos a una, todos a himno!
Cebado de unidad popular unidireccional
ya soy mono quinientos uno
igual que los molones levi’s strauss.