Rosa solitaria: contigo me quedo.
Bosque en mi memoria: guárdame un sitio de madera pura y roja.
Soy un náufrago coronado de melancólicos senderos.
Como un extenuado espejo que refleja su deseo de ser amado, camino, tropiezo y sueño.
¿Hay alguien ahí, dispuesto a reunirse en cada estrella que cae de manos del cazador?:
Solamente para contar aviones que no duermen y cuerdas como celdas de castigo.
No creo en el amor en el que no quedan cosas por acabar.
Ni en un hombre que conoce a cada estrella por su nombre.
Temo la nostalgia de 59 horas sin regreso.
Absolutamente, confío en aquella palabra que me hace dudar.
Porque, gracias a ella, puede haber un descanso.