
“me preparo
y el anhelo
para las consecuencias de la memoria»
Leonard Cohen
Ninguna noche sin las notas de Omega.
Piratas. De nuevo.
Siluetas dóciles, templadas, la quiebra de aquellos mundos:
el jardín botánico, la habitación del trampantojo.
Estupor de posteridad indefensa.
Indolencia. Capítulo 7.
El silencio del agua, murmullos como piedras,
diluvios zíngaros, vientos a ras de labios.
Y en el quicio
una pregunta
(quejío en negro)
¿quién regará los tréboles del Somorrostro?
(Collage: ©Rhed Fawell )