Testimonio
Escribir no es difícil. Se trata de unir palabras sobre un soporte determinado y eso está al alcance de cualquier persona con ciertos estudios y conocimientos de ortografía y gramática. Pero el que no sea difícil, ¿justifica que escriba tanta gente y que se escriba tanto? ¿Para qué?
Los escritos realizados con la escritura tienen diversos cometidos, muchos de indudable valor y necesidad, pero yo me voy a referir a esos que están encuadrados en lo que se ha dado en llamar literatura. En este encuadre se puede escribir de dos formas, poesía y prosa, y es igual si elegimos una u otra o las dos, porque nos servirá para darnos cuenta de la utilidad que puedan tener y de la que en principio dudamos.
Para los inquietos y para los que no quieran terminar este artículo les diré que no dudamos, que no está justificada tanta abundancia y que, ensalzando la importancia de la literatura, que sin duda la tiene y es relevante saberlo, con mucho menos de lo que se publica tendríamos suficiente. Esto incluido. Se escribe tan profusamente que si las palabras escritas fueran como el agua habría países con inundaciones, cataratas, lagos, mares, océanos inmensos y tan repetidos que su existencia sería un incordio más que una bendición.
Si alguien se atrevió a decir que la literatura salva vidas, que es posible que alguna haya salvado —la de algún solitario sin remedio, nada que no salve una buena compañía—, podemos decir que los escritos que no son literatura han sido mucho más importantes para los seres humanos. Por ejemplo, una simple palabra STOP, PARE en algunos países, o sus equivalentes según los distintos idiomas, ha salvado más vidas que mucha literatura de autoayuda. O las palabras CEDA EL PASO, por seguir con la terminología automovilística, es el más corto y eficaz eslogan de tolerancia que se haya escrito jamás. Y lo que comunican estos mensajes es claro y no da lugar a malentendidos. Y es universal. Y está respaldado por la coerción y la multa para que su eficacia obligue a los más díscolos y rebeldes.
Aparte de los escritos que se llaman literatura están todos los demás, escritos de ciencia, de leyes, manuales de uso, listas de la compra, agendas, listines de teléfonos, registros de muertes y nacimientos, contabilidades con el auxilio de los números para el desempeño eficaz de la administración, y así muchísimas formas más de usar la escritura como algo útil para la vida.
La literatura es ficción y la ficción está emparentada con el juego, con la invención vana, con el cuento, el teatro y la novela, y las ganas de entretener a los ociosos y aburridos. ¿Vale la pena seguir insistiendo en lo que ya hemos escrito? La escritura es una actividad solitaria que propicia la lectura, otra actividad de las mismas características. Entre bobos anda el juego. Escribir no es difícil, escribir es humano.
Francisca de la Piedra, Matemática