Diabolik, el Rey del Terror

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Nunca he comprendido por qué en España no se han editado de manera ordenada y completa los tebeos de Diabolik, ese popularísimo fumetti italiano para adultos creado por las hermanas Angela y Luciana Giussani en el Milán de 1962. Angela Giussani (1922-1987), tras hallar casualmente en un tren —y leer con provecho— un cuadernillo de Fantomas, ideó y escribió, a rebufo de aquel personaje, los guiones de Diabolik con la colaboración de su hermana Luciana Giussani (1928-2001), que se añadió inmediatamente al proyecto. Ambas gestionaron desde los inicios, y hasta sus respectivas muertes, las historietas policiales del ladrón y asesino Diabolik para su editorial (Astorina). De hecho, el último episodio creado por Luciana Giusanni llevó por título Vampiros en Creville (diciembre de 2000) y salió tres meses antes de su fallecimiento.

Desde el año 1962 se han publicado más de mil números de la serie, distribuidos en cuadernillos de pequeño tamaño (12 x 17 cm); un formato cuyo contenido y continuidad han hecho fortuna en el país alpino. De hecho, la tirada mensual de Diabolik en Italia supera los cien mil ejemplares. A eso hay que añadir las colecciones anuales, ordenadas en cajas de cartón, la posibilidad de inscribirse en el Club Diabolik, la página web del personaje y todo el merchandising imaginable (posavasos, delantales, bolígrafos, calendarios, postales navideñas…). Un éxito que subraya la importancia cultural de un fenómeno que, lamentablemente, no ha tenido repercusión en España. Si buscamos un ejemplar de Diabolik en la mejor tienda de cómics de Barcelona, por ejemplo, no lo encontraremos. Algunos dependientes de esas tiendas no tienen ni idea de quién es el Rey del Terror.

La franquicia cuenta actualmente con tres cabeceras: Diabolik, que continúa apareciendo mensualmente con episodios inéditos; Diabolik R, que recoge historietas clásicas, adaptando ambientes, coches y decorados al gusto actual; y Diabolik SWIISSS (onomatopeya del cuchillo del protagonista surcando el aire) donde se recopilan sin retocar los primeros episodios del personaje. El interesado debe saber que puede adquirir los tebeos de Diabolik por Internet directamente en la editorial.

Diabolik es un ladrón carismático y amoral, increíblemente inteligente y hábil, capaz de suplantar a cualquier persona adoptando sus rasgos faciales, su voz y actitudes, y que desvalija a mafiosos, banqueros, gente archimillonaria y corrupta, a los que arrebata joyas y dinero sin mayor problema. Para eso cuenta con un sinfín de recursos técnicos, químicos y automovilísticos, un cuchillo como única arma, un cuerpo atlético y una malla completa que recuerda a la del Hombre Enmascarado (The Phantom), aunque sin antifaz. De hecho, Diabolik muestra abiertamente sus ojos, delimitados por la silueta de lo que sería un antifaz inexistente, mientras que oculta el resto del cuerpo en una malla negra que le confunde con la noche. Enzo Facciolo (nacido en 1931) fue el dibujante e historietista italiano que fijó el aspecto definitivo del personaje. Luego, muchos otros siguieron la estela de Facciolo dibujando las aventuras que guionizaban las hermanas Giussani, y así hasta la actualidad[1].

En los primeros capítulos de la serie, Diabolik trabaja solo, siempre perseguido por el ineficaz, aunque sibilino e inteligente, inspector Ginko, digno oponente del protagonista. Ambos se reconocen el mérito y se temen, aunque, lógicamente, Ginko nunca consigue abatir a Diabolik. A partir del episodio número tres aparece en escena Eva Kant, una bellísima viuda que aúna valentía, inteligencia y belleza, y se convierte en pareja y colaboradora de Diabolik. Poco a poco, Eva Kant ocupa el centro neurálgico de las historietas, bien porque salva la vida del protagonista, bien porque le ayuda a planear sus atracos o participa en ellos. La pareja Diabolik-Eva Kant constituye un equipo imbatible, pero es Eva la que con su frialdad y ejecutoria multiplica los talentos del protagonista. Enamorado a muerte de Eva Kant, Diabolik trabaja con, por y para Eva, buscando satisfacer sus caprichos con robos de joyas y dinero.

Gino Marchesi (1939-1993) fue el historietista que fijó el aspecto de Eva Kant en la serie Diabolik, un aspecto que se ha mantenido hasta la actualidad y ha sido copiado al pie de la letra por los hermanos Manetti en su producción cinematográfica Diabolik (2021). En esta película, Eva Kant es interpretada por una mujer espectacular: Miriam Leone, que fue Miss Italia 2008 y que en la actualidad se mantiene bella y misteriosa, a la manera del dibujo creado por Marchesi.

Quienes hemos visto la película de los Manetti deseamos que Diabolik y Eva salgan ilesos de sus aventuras, a pesar de que su comportamiento sea malvado y contrario a la ley. Diabolik es un villano que a ojos del espectador se transforma en héroe: una especie de James Bond malvado, pero tan atractivo e ingenioso como aquel. La ambigüedad del personaje supo explotarla también Mario Bava en su película Danger: Diabolik (1968), primera entrega cinematográfica de Diabolik, hoy una película de culto, realizada con más imaginación que recursos. En este primer Diabolik, un jovencísimo e inexpresivo John Phillip Law interpreta al Rey del Terror, sin conseguir emular la sensualidad y belleza de su compañera, Marisa Mell, en el papel de Eva Kant. Michel Piccoli ejerce de inspector Ginko y una serie de secundarios de primera línea hacen de banqueros, policías y mafiosos que ponen sus joyas y dinero al servicio de nuestra pareja. A destacar: esa secuencia en la que Diabolik y su musa, semidesnudos, se revuelcan y magrean entre billetes de cien dólares en una cama giratoria mientras suena la musiquilla ideada para la ocasión por Ennio Morricone.

En el cómic y en las películas, Diabolik se enfrenta a la policía y al orden social del Estado sin limitación alguna. De ahí que tanto los tebeos como los filmes de Bava y Manetti se juzguen transgresores cuando, en realidad, solo son delirantes y divertidos. Lo curioso es que Bava no aprovechara el primer tirón de su Diabolik para crear una serie de películas basadas en el personaje. Quizá las críticas negativas, que las hubo, en el contexto cultural de la época, le llevaran a olvidar el proyecto.

Efectivamente, Diabolik, en sus inicios, resultó ser un cómic polémico. Entrevistadas en 1973, las hermanas Giussani justificaban así su trabajo: «Nos han llamado revolucionarias y fascistas, sin darse cuenta de que Diabolik solo es un cómic de evasión, se lee para relajarse y basta. Es muy cómodo descargar los males de la sociedad sobre un cómic, cuando la sociedad ya era inmoral antes de que Diabolik entrara en escena. También son negativos y malvados los personajes de los cómics o del cine a los que se les llama buenos y que disparan, matan, asesinan y hacen toda clase de canalladas, pero quedan justificados por el hecho de estar de parte de la ley. Diabolik es malvado, de acuerdo, es un ladrón y actúa en contra de la ley, pero está declarado como criminal y en los cómics no hacemos nada para disculparle»[2].

Hoy, la capacidad de Diabolik para escandalizar es mínima. A estas alturas, Diabolik no deja de ser un noir convencional, a pesar de su amoralidad. Su erotismo es palpable, pero asumible, a kilómetros de los cómics pornográficos que aparecieron a finales de los setenta. Y su crueldad también es limitada, si la comparamos con la de los cómics sádicos que surgieron posteriormente. Aun así, la gente madura que repesca ahora sus dibujos y, particularmente, las películas de Bava y los hermanos Manetti, siente cómo se erotizan sus neuronas al ver a Marisa Mell o Miriam Leone haciendo de las suyas. ¡Atentos porque parece que los Manetti han preparado una nueva entrega cinematográfica de Diabolik con Miriam Leone, de nuevo, como Eva Kant, y que lleva por título Diabolik: ¡Ginko al ataque! (2022). ¡La veremos!


[1] Aquí disponemos de un título editado por Kraken en 2012: ¡Fuera las máscaras!, donde un ingeniero ha ideado una máquina capaz de detectar las máscaras de Diabolik. Ni que decir tiene que el ingeniero no superará la página cuatro de la historieta, asesinado por nuestro “hombre de las mil caras”.

[2] Entrevista de Bárbara Nelli a las hermanas Giussani para la revista If en 1973, recogida en La Historia de los Cómics. Tomo IV, colección dirigida por Javier Coma y publicada por Toutain Editor (1982).