Bachata entre paredes desconchadas.
Mi negro me baila un amor épico
de sin ti me muero.
Los ojos de la mafia
apaciguados
saben dejarnos mover.
Suena otra canción idéntica a una dictadura.
Y yo sigo pensando
que infierno y repetición
son la misma cosa, el mismo compás,
el mismo desamor ortopédico:
pelota viscosa en las tripas
que no me deja volar.
Por eso me alivia
escuchar los chistes
de quienes perdieron la esperanza.
Pero ahora el amor es una repetición
y aunque no sepa escapar de la tristeza,
me agarro al olor de mi negro con fuerza
y a la morbosa idea del privilegio
obtenido en las pupilas de la mafia
mientras da comienzo una canción
idéntica
a la que sonará después.